Plantacion de frutales

Thursday, July 20, 2006

plantacion de frutales

PLANTACION DE FRUTALES

La mayoría de las especies frutales son altamente exigentes en cuanto a clima
y suelo. Esto, unido al hecho de constituir una elevada inversión y a largo plazo, obliga ubicar las plantaciones en el mejor terreno posible. sobre cuáles son los frutales que mejor se adaptan a las características climatológicas y topográficas de la región. El clima debe ser óptimo para la especie y variedad a plantar pues resulta inútil ir contra él y tratar de doblegar a la naturaleza. Por otro lado, el ahorro al momento de adquirir el terreno generalmente se paga después, ya que en un suelo con limitaciones la producción siempre será menor y el costo de producción mayor. Esto pone de manifiesto la conveniencia de recurrir a un buen asesoramiento para la adquisición o selección del terreno.
Por ejemplo si el terreno es inclinado como el de una ladera, el control de la erosión será más difícil y los costos de cultivo y mantenimiento se elevarán.


FACTORES A TOMAR EN CUENTA AL MOMENTO DE ELEGIR EL TERRENO PARA UNA PLANTACION FRUTAL.

1. Requisitos de clima

El clima representa el primer factor a considerar. Debido a que es muy poco manejable, su consideración debe ser un requisito indispensable en el momento de decidir el establecimiento de cualquier frutal, tanto para hoja caduca como un frutal de hoja perenne.

Cada especie, e incluso cada variedad dentro de la especie, presentan requisitos propios del clima, a veces muy distintos que los de otras. Por lo tanto, es fundamental conocer exactamente los requisitos de la especie y variedad a plantar y, desde luego, verificar si las condiciones climáticas reinantes en el predio son acordes con estos requisitos.

Entre los factores climáticos a considerar encontramos:

a) El número de horas de frío invernal. Si no se cumplen, no fructificará. Por ejemplo, un Cerezo en un clima tropical no acumula frío suficiente (horas-frío) y la producción será nula.
b) Frecuencia, época e intensidad de ocurrencia de heladas.
c) Luminosidad.
d) Humedad relativa.
e) Precipitaciones, granizos.
f) Viento dominante u ocasional. Ejemplo, si existen vientos fuertes, entonces será necesario proteger el huerto, plantando del lado de donde provienen los vientos una «cortina rompevientos», o sea, una hilera de árboles grandes y frondosos, tales como eucaliptos, pinos, nogal o cualquier otra especie que sea de gran altura, evitando con estos que la flor se caiga y la polinización no se realice.


2. Requisitos de suelo

Se dice que el logro de altos rendimientos sólo depende del clima y manejo de la parte aérea. Sin embargo, ni el mejor manejo permite alcanzar ese objetivo si existen limitantes severas en el suelo.

Para conocer exactamente las características del suelo y determinar su aptitud, como asimismo posibles limitantes, es imprescindible hacer, previamente a la plantación o adquisición del terreno, un prolijo estudio a través de la confección de calicatas de al menos 1,5 metros de profundidad en diferentes sectores del predio que se va a plantar.
En general, los problemas de mal drenaje o presencia de estratas impermeables, como asimismo la profundidad efectiva, no son detectables a través de la observación de la superficie del suelo y es por tanto frecuente encontrar “sorpresas” al excavar.
Por otra parte, las características químicas sólo se pueden determinar a través de un adecuado muestreo y análisis en laboratorio.

El suelo más adecuado para la plantación de árboles frutales debe ser relativamente plano, profundo, de textura franca y sin impedimentos que dificulten el libre paso de las raíces y la precolación del agua.

Respecto del drenaje, no se debe plantar frutales en suelos con mal drenaje. Si éste es el caso, debe ser mejorado antes de la plantación mediante el establecimiento de un adecuado sistema de drenes. El problema del mal drenaje se manifiesta, por la muerte de las raíces a partir de la profundidad de suelo en donde comienza la saturación con el agua. El mal drenaje también puede determinar una salinización del suelo, especialmente en zonas áridas o semiáridas (desde la VI Región hacia el Norte). Esto debido a que las sales incorporadas al suelo a través de los riego, no pueden ser lixiviadas en profundidad y se van acumulando en la parte superior del suelo por capilaridad.


Otros Factores.

Además de las condiciones de clima y suelo, es necesario conocer otros factores antes de decidir la plantación de un huerto frutal:

• Uno muy importante es la verificación de la dotación de agua de riego con que cuenta el predio. No sólo interesa conocer los derechos de que se dispone, sino, también cerciorarse de la cantidad de agua que efectivamente llega, su frecuencia, e incluso determinar qué ha ocurrido en años de sequía. Se deberá conocer, asimismo, la calidad del agua, pues hay que evitar niveles excesivos de salinidad o contaminaciones químicas, físicas (arenas, semillas), biológicas (algas, bacterias, insectos).
• Otro antecedente a considerar son las vías de acceso y distancias a centros de embalaje, grandes ciudades o puertos de embarque.
• Disponibilidad de mano de obra en el sector, en distintas épocas del año, especialmente en la fecha de cosecha.
• Dotación de energía eléctrica y agua potable, esto sobre todo cuando se planea realizar labores de embalaje en el propio predio o cuando se instalan riegos presurizados.
• Muy conveniente puede resultar la observación de predios vecinos o huertos caseros, en busca de plantaciones frutales, incluso de árboles aislados, para observar su comportamiento. Asumiendo un buen manejo, esto puede constituir un índice confiable de las posibilidades que existen en el lugar para una determinada especie o variedad.


Métodos a identificar para la plantación de un huerto frutal

1º Preparación del terreno.

Previamente a toda plantación, es necesario realizar una adecuada preparación del suelo. Esta debe efectuarse con bastante anticipación; por lo general, hacia fines del verano y comienzos del otoño, especialmente cuando se requiere nivelar o bien subsolar con el fin de quebrar alguna estrata compactada.
Ambas labores se hacen mejor con el suelo seco y son previas a cualquier otro trabajo de plantación, incluyendo la confección de drenes en suelos con problemas de nivel freático En terrenos no cultivados previamente, será preciso eliminar con bastante anticipación la vegetación arbórea con el consiguiente destronque y extracción de raíces con maquinaria pesada.

La necesidad de nivelación y su intensidad debe estar en estrecha relación a la profundidad del suelo y al relieve, pues no se puede “cortar” el suelo demasiado profundo, por el riesgo de dejar sectores con el subsuelo expuesto, que es de baja fertilidad. Lo ideal es no alterar el suelo o al menos hacerlo en pequeña intensidad. En terrenos inclinados o irregulares es necesario optar por una plantación en curvas de nivel o bien por el empleo de riego presurizado por goteo o microaspersión.

Por ultimo se realiza una fumigación cuando un sitio ha sido previamente plantado, se debe analizar el suelo por una posible presencia de nematodos y otros microorganismos dañinos a la nueva plantación.



2º Trazado

Para proceder al trazado y estacado, conviene considerar los siguientes factores:

1º la necesidad de polinización cruzada.
2º el tamaño final de los árboles.
3º la dirección del flujo de agua para irrigación.
4º la colocación de cabezas aspersoras y línea de riego por goteo.
5º si el cultivo será cosechado mecánica o manualmente.

Después hay que disponer de un plano del potrero o del predio, donde además de la forma y superficie aparezcan las acequias, matrices, desagües, caminos, el relieve mediante curvas de nivel. Estos antecedentes permitirán decidir aspectos importantes como el número de plantas a adquirir, la orientación de las hileras, el largo de las mismas, las necesidades de caminos interiores y periféricos, o cortinas cortavientos, entre otros aspectos.

A excepción de superficies muy pequeñas, siempre se debe considerar un camino en el contorno de la plantación y caminos interiores, que posibiliten un expedito acceso a cualquier lugar del huerto. Ello, con el fin de facilitar el control de las labores y la vigilancia, maximizar el uso de la maquinaria y facilitar la cosecha de la fruta. Especial relevancia tiene este punto en el caso de plantaciones en terrenos con alta pendiente.

La longitud de las hileras depende de la necesidad de caminos o de desagües, pero sobre todo del riego. En sistemas de riego por surcos o bordes, el largo de las hileras no debe exceder de 80 m en suelos de alta permeabilidad, o de 180 m en suelos de lenta penetración del agua. Hileras muy cortas (menos de 50 m) hacen disminuir demasiado la eficiencia en el uso del agua y de la maquinaria.


La orientación de las hileras deberá considerar un adecuado escurrimiento superficial del agua de riego y, secundariamente, considerará el aprovechamiento de la luz solar. En este sentido, la orientación norte-sur permite una iluminación más homogénea de los árboles. Sin embargo, cuando se desea evitar el daño por impacto excesivo de sol en los frutos, conviene la orientación este-oeste.
Existen varias formas o sistemas para realizar el trazo del terreno, como: en cuadro, rectángulo, tresbolillo o hexagonal, y cuadro con intercalación, pero los más utilizados son:
a) Trazo en cuadro: Consiste en colocar los árboles en los vértices de un cuadro, o sea, guardando la misma distancia entre los árboles por los cuatro lados del cuadrado.
b) Trazo en rectángulo: Este se realiza cuando se desea plantar entre las hileras cultivos de tipo anual.
c) Trazo en tresbolillo: Se realiza formando triángulos con la misma distancia por los tres lados (equiláteros).

No importa que sistema de plantación se utilice, se debe hacer un buen mapa de contorno indicando las localizaciones de polinizadores y las líneas de irrigación, si es apropiado, así como los cambios en el tipo de suelo y su profundidad.

3º Camellones

El camellón consiste en el acopio de suelo superficial, obtenido desde el espacio destinado a las entre hileras, sobre la superficie del suelo de las futuras hileras.

En suelos pesados o húmedos, o cuando la profundidad es escasa, puede ser conveniente plantar los árboles sobre un camellón previamente confeccionado a lo largo de las hileras. Ello, junto con evitar el humedecimiento de los troncos con el riego y prevenir el ataque de enfermedades fungosas al cuello de los árboles, aleja a las raíces del nivel freático o de alguna estrata impermeable y confiere una mayor aireación al suelo.

Las principales ventajas del camellón son el mejoramiento del volumen de enraizamiento y el aumento del drenaje interno y aireación en este medio. Sus limitaciones son entorpecimiento de algunas labores en el huerto, principalmente la cosecha y el riesgo de salinización que existe en esta elevación de suelo cuando se utilizan determinadas aguas de riego.


4º Ahoyadura

Los hoyos de plantación deben ser lo suficientemente grandes como para alojar sin restricción a las raíces extendidas de la planta. Por lo general, basta con 40 cm. de diámetro por 40 de profundidad.
Al momento de excavar, es preferible colocar la mitad más superficial del suelo a un costado y la mitad más profunda al otro, con el fin de invertirlas de posición al plantar. Así las raíces quedarán en contacto con el suelo de arriba que es más fértil y rico en materia orgánica.
En suelos con serias limitaciones físicas, como un exceso de pedregosidad o una fuerte estratificación del suelo, conviene confeccionar hoyos de mayor tamaño y más profundo para ser rellenados con un suelo de mejor calidad en el primer caso o con el propio suelo mezclado, en el segundo. Al proceder así es preciso regar el terreno antes de la plantación para que el suelo se asiente y de esta forma evitar que los árboles queden plantados demasiados profundos.

5º Plantación

Los árboles que vayas a plantar deben tener las siguientes características:

• No presentar síntomas de alguna plaga o enfermedad. Para comprobarlo debes revisar cuidadosamente todas sus partes.
• El injerto no debe estar desprendido ni atacado por hongos.
• La raíz no deberá tener protuberancias de color café o rojo.

Este aspecto sólo podrás observarlo en árboles de hojas caduca, debido a que éstos puedes manejarlos con la raíz desnuda, en cambio los de hojas perennes, los debes manejar en tarros, bolsas de polietileno, etc., y no es conveniente que dejar desnuda la raíz; por lo tanto, es imposible revisar las raíces. Para ello adquirir este tipo de árboles en lugares de reconocido prestigio.

Los árboles se deben plantar de forma tal que una vez asentado el suelo queden a la misma profundidad que tenían en el vivero. Para ello, generalmente es necesario plantar varios centímetros más altos, pues el árbol baja después con los riegos sobre todo si los hoyos se hicieron profundos y hubo que rellenar algo antes de plantar. Al llenar el hoyo con tierra, se debe eliminar las piedras grandes y los restos de malezas. El suelo debe estar mullido y quedar en contacto con las raíces, evitando bolsones de aire; para ello, cada cierto tiempo se debe presionar el suelo con los pies o las manos.
Es difícil obtener un buen contacto de las raíces con el suelo si se pisotea sólo cuando el hoyo se ha llenado completamente; incluso, es preferible no pisar la última capa. Para obtener un óptimo contacto con las raíces, conviene regar mediatamente después de la plantación, pero en ningún caso volver a regar mientras el suelo permanece húmedo, pues se corre el riesgo de causar pudrición de raíces o de cuello. No es aconsejable aplicar fertilizantes en el hoyo de plantación, pues las redes compactadas de éste y el suelo suelto hacen que el fertilizante, al disolverse en agua, llegue concentrado a las raíces, pudiendo causar toxicidad. Las aplicaciones se deben realizar una vez que el suelo se haya asentado, después de varios riegos. Otro factor importante es proteger a la planta contra roedores, conejos o liebres, y también del impacto del sol. Un procedimiento que puede cumplir ambos objetivos consiste en colocar un cilindro de papel blanco o de diario, holgadamente alrededor del tronco.
Las horas propicias para la plantación son entre las 8 y 10 de la mañana; en caso de no ser posible que se realices a esa hora, se puede hacer entre las 16 y 19 horas, que es cuando el sol está bajando. No es recomendable dejar la planta tirada y expuesta al sol, porque puede sufrir deshidratación y fermentación que originan enfermedades por hongos.


Cuidados que se deben tener con un huerto recién plantado

a) Vigilar el suministro de agua

- Durante los primeros meses post plantación, se debe vigilar el suministro de agua. Como la plantación se realizó idealmente en invierno, el agua será proporcionada la mayoría de las veces por la lluvia, pero una vez que comienzan los meses más secos, se debe procurar que las plantas estén siempre bien hidratadas, sin inundar la zona radical excesivamente.
- Si bien las raíces nuevas son altamente susceptible a la deshidratación, también lo son a la asfixia y plagas fungosas, por lo que el agua se debe proporcionar en su justa medida.
- El exceso de agua también puede causar problemas fungosos al cuello de las plantas jóvenes, por lo que vigilar que el riego no lo deje bajo el agua.


b) Mantener libre de malezas

- Cuando las plantas son aún pequeñas, la competencia que ejercen las malezas es muy fuerte, por lo que se debe mantener la hilera de plantación libre de estás. Para esto se recomienda aplicar un producto de largo efecto durante la preparación del suelo previo a la plantación.
- Posteriormente cuando las plantas ya están en el huerto, la hilera de plantación se mantendrá limpia gracias a labores mecánicas, realizadas con mucho cuidado para no provocar cortes en los brotes, por donde pueden ingresar enfermedades.
- Si se quiere aplicar un producto químico, la base de las plantas debe ser cubierta por una capa aislante, que evite el contacto del producto con la planta, y además realizar la aplicación con campana para mayor seguridad y en días sin viento para evitar la deriva del producto químico.


c) Mantener una fertilización adecuada

- Durante las primeras temporadas, es necesario que las plantas se desarrollen vigorosamente para alcanzar con rapidez el desarrollo y crecimiento esperado para la correcta producción de fruta, por lo que es necesario asegurar principalmente una amplia disponibilidad de Nitrógeno, lo que además favorecerá un óptimo desarrollo radical, favoreciendo la preparación de yemas florales y, en consecuencia, la fructificación posterior.




d) Cuidado con el viento
- Si el huerto se encuentra en un lugar ventoso, será necesario implementar algún sistema de corta viento, o de lo contrario, insertar una guía o puntal que evite que el árbol se quiebre o crezca deforme por efecto del viento.

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